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Formación de los jóvenes y talleresEl compromiso internacional y local de los jóvenes indígenas para el reconocimiento de su cultura, su historia y sus derechos.

Formación de los jóvenes y talleres


El compromiso internacional y local de los jóvenes indígenas para el reconocimiento de su cultura, su historia y sus derechos.

Trabajar como voluntario para el Docip significa poner sus competencias al servicio de los delegados indígenas durante sus intervenciones en las Naciones Unidas.

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Formación de los jóvenes

Con la desaparición de los ancianos, el patrimonio oral corre el riesgo de perderse, por lo que es fundamental que las nuevas generaciones hagan lo necesario para que se pueda aplicar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas en los diferentes países y comunidades. El Simposio reunía a aquellos ancianos que participaron en la Conferencia de 1977, y el empleo de la metodología de la historia oral ha permitido recordar ese periodo de lucha. La participación de jóvenes indígenas, encargados de grabar y documentar el evento, ha permitido establecer una comunicación entre ambas generaciones para que pudieran seguir la senda abierta en 1977.

De esta manera, durante los simposios, los ancianos han transmitido un mensaje a la juventud indígena, es decir, la siguiente generación de defensores de los derechos indígenas, para que esta perpetúe la tradición de la transmisión oral para relatar no solo la experiencia de aquellos y aquellas que acudieron por primera vez a las Naciones Unidas, sino también las luchas de sus comunidades locales y poder cumplir así el objetivo de la autodeterminación, de conformidad con el espíritu y objetivo de los tratados.

Se trata, por lo tanto, de un proyecto de documentación de la memoria oral que implica que los jóvenes continúen con el trabajo de registrar la memoria de los ancianos de sus respectivas comunidades durante tres años. Es además un proyecto de investigación más exhaustivo sobre la transmisión de la memoria oral entre los pueblos indígenas, tal y como recoge el artículo 27 de la Declaración Final del Simposio y se desarrolla en el evento paralelo del 17 de mayo durante el Foro Permanente en Nueva York.

Previamente, se instruyó a los jóvenes en la utilización de aparatos de vídeo para que ellos mismos pudieran recoger la memoria de sus mayores durante el Simposio, en Ginebra, y posteriormente en sus propias comunidades. De esta manera, se reforzará el empoderamiento de los pueblos indígenas, en especial de las mujeres y los jóvenes, y se sensibilizará a otros sectores de sus países en lo relativo a sus derechos y al valor intrínseco de sus culturas. También se establecerá un entorno favorable para la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas derechos, tanto a nivel nacional como local.

Vea el vídeo grabado por los jóvenes indígenas participantes en el primer simposio de 2013, "Un puente hacia el futuro".

Taller

A lo largo del primer Simposio, se seleccionó a siete jóvenes indígenas de entre 18 y 25 años para llevar a cabo un proyecto de historia oral. Fueron elegidos por el Comité del simposio ateniéndose a los siguientes criterios: ser originarios de la misma región que alguno de los delegados ancianos seleccionados, mostrar interés en la documentación de la memoria oral, saber utilizar los nuevos medios de comunicación, estar dispuestos a continuar el trabajo de documentación de la memoria oral en su región y elaborar documentos grabados durante tres años y emplear dichos documentos para reforzar el empoderamiento de la nueva generación. Los seleccionados fueron: Doña Haydee Banasen, de las Cordilleras de Filipinas, Doña Morgan Catlett, Cherokee de Dakota del Sur, Doña Sharni Hooper de la República Murrawarri en Australia, Doña Judy Kipkenda-Jemutai, Ogiek de Kenia, Doña Jacquelynn Lambert, Inuit de Alaska, Doña Wayanay Mamani, Aymara de Bolivia y Don Alancay Morales, Brunca de Costa Rica.

Por lo tanto, el principal desafío es la salvaguarda y transmisión de una tradición oral en peligro de extinción, una tradición que aúna numerosos conocimientos que han demostrado con creces su eficacia durante tres décadas, y que es necesaria para que se contemplen los derechos de las nuevas generaciones en sus respectivos países. La antigua y la nueva generación se reunieron durante el Simposio, lo que resultó de gran valor formativo para los jóvenes, pues reforzó notablemente su empoderamiento.

Por otra parte, la durabilidad, aspecto especialmente relevante para un proyecto sobre memoria oral, está garantizada gracias a la formación audiovisual que recibieron los siete jóvenes indígenas, que disponen de las habilidades y los recursos necesarios para continuar la labor audiovisual en sus comunidades, documentar y difundir la memoria de los ancianos.